Una Miríada de Reflejos

Autor:

Juan Carlos Siuffi Campo

jcsiuffi@javerianacali.edu.co

 

Ilustración:

Laura María Vidarte Gómez

lauramvidarteg@gmail.com

Cuando la bola disco descendió del techo por primera vez en 1897, los observadores jamás imaginaron lo que representaría setenta años después. O bueno, quizás sí. La bola fue patentada en 1917 y tiene un fin muy específico: producir una miríada de reflejos de luz. Louis Bernard Woeste, el patentador, la bautizó myriad reflector, no bola disco, como la conocemos comúnmente. La bola usa la palabra griega miríada, que originalmente significa diez mil, pero que se usa como expresión para referirse a una gran cantidad de algo, llegó a representar toda una época, un género musical y un estilo de vida.  

Los años 70, cuando realmente se popularizó el artefacto, fue una época políticamente compleja. Siguiendo muchos de los ideales de la contracultura de los 60’s, el movimiento de liberación de la mujer estaba en pleno furor; surge el movimiento pacifista con la explosión de la Guerra de Vietnam; los regímenes totalitarios de Latinoamérica empezaron a recibir oposición; el movimiento ambientalista comienza a coger fuerza; los disturbios de Stonewall sientan precedente en el movimiento LGBTIQ; en fin, la lucha por los derechos humanos se expande exponencialmente. La myriad reflector representa ese zeitgeist de la época porque logra lo que políticamente se quería hacer: reflejar luz, por medio de una miríada de espejos, sobre una miríada de asuntos.

La popularización de la bola fue en las discotecas de los 70’s, espacios sumamente políticos que surgieron en la Francia ocupada cuando los Nazis prohibieron la música bebop y el jitterbug. Por esta razón, algunos grupos de resistencia franceses decidieron reunirse en clubes de baile escondidos que llamaron ‘discothèques’ o discotecas, porque al no poder traer música en vivo (por lo vistoso y lo ruidoso), hacían uso de los novedosos tocadiscos para poner música en bajo volumen y así poder bailar toda la velada. 

La myriad reflector no solamente es representativa de la época, sino de esta transición del carácter oculto de las discotecas a convertirse en espacios icónicos y representativos. La bola disco trajo la luz a lo que se quería esconder. En los 70’s, el apogeo de las discotecas –y de las bolas disco– se da porque cinco poblaciones distintas empezaron a frecuentarlas: los que vivieron, pero no participaron de la contracultura de los 60’s; la clase media suburbana; los gais; los latinos y los afros. Estas poblaciones encontraron en las discotecas algo que no recibían directamente en sus vidas: un reflejo de luz. 

Cuando vemos la patente descubrimos que la myriad reflector está compuesta por una cantidad enorme de espejos pequeños, todos del mismo tamaño, que se encargan de reflejar la luz que recibe. La bola disco es quizás la perfecta ejemplificación del espíritu político: quería que una cantidad enorme de personas estuvieran bajo el reflejo de esa luz. El foco no se quería sobre el grupo hegemónico, todo lo contrario, los grupos olvidados empezaron a exigir la luz. Pero no se trataba de que cada uno recibiera un foco, se trataba de tomar la misma luz y diversificarla por partes iguales. 

Este texto es una introducción a una serie que comparte el título: ‘Una miríada de reflejos’, analizaremos las relación entre la música disco y sus oyentes, mostrando que definitivamente, fue una era para la visibilidad, así fuera solo en las noches.